La pastoral y evangelización educativa tiene como propósito orientar los procesos de fe en la comunidad educativa y fortalecer las competencias espirituales a través del acompañamiento al área de Educación Religiosa, la dirección espiritual, la celebración de los sacramentos, la reflexión y la oración, con el fin de discernir la vida según la voluntad de Dios realizando un acompañamiento integral psicoafectivo, familiar y espiritual de nuestros estudiantes para que lleguen a ser personas auténticas capaces de realizarse y darle sentido profundamente cristiano a su vida.
Celebración eucarística por grados y a toda la comunidad
Acompañamiento en convivencias y retiros espirituales.
Catequesis Sacramental.
Acompañamiento espiritual a quien lo requiera.
Apoyo a las familias en eventos especiales.
Apoyo a estudiantes remitidos con necesidades especiales.
Apoyo a los eventos de proyección social, a comunidades vulnerables.
La persona se revela no como un ser solitario, autosuficiente ni absoluto, sino como un centro o un núcleo de relaciones con el mundo, los hombres, el trascendente y consigo mismo. Estas relaciones se interactúan e integran en la promoción del crecimiento del ser humano.El concepto de persona como centro de relaciones, entonces, permite articular y potenciar mejor el desarrollo de las diversas dimensiones del ser humano.
San Francisco de Asís, desde esta perspectiva, es un modelo de integración consigo mismo y con los otros. De hecho, “la fuerte experiencia de Dios como padre y sumo bien… lo llevo a una actitud de agradecimiento y de alabanza al Creador por sus maravillas y lo hizo hermano de todos los hombres y de todas las criaturas”.
La formación, en nuestras Instituciones educativas, promueve principalmente las relaciones fundamentales de la vida, por otra parte, se construyen desde la fe, tanto en su sentido horizontal, con los seres humanos, como vertical, con Dios.-(Cfr.ld y Enseñand).
Siendo la persona el centro de la pedagogía franciscana, es importante formar en los valores cristianos y franciscanos, de tal manera que estos se vayan asimilando y realizando en la praxis cotidiana, constituyéndose en elementos fundamentales en la tarea evangelizadora.
El amor es <<divino>> porque proviene de Dios y a Dios nos une y, mediante este proceso unificador, nos transforma en un Nosotros, que supera nuestras divisiones y nos convierte en una sola cosa, hasta que al final Dios sea
<< todo para todos>>(cf.|co|5,28).
Toda persona que tiene a Dios en su corazón ama a sus amigos y enemigos. El significado bíblico del amor, se ve reflejado en dar sin pedir nada a cambio. Es tener claro que todo lo que damos, se lo damos a dios y recibimos de Él, la mayor recompensa. San Francisco de Asís descubrió el amor de Dios, de manera particular el amor de Jesús pobre y crucificado; el amor de Jesús presente en la Eucaristía
Para Francisco,todos somos hijos e hijas de Dios por tanto, todos somos hermanos. se pide una especial forma de ternura hacia los más desposeídos y necesitados tanto de lo material como de lo espiritual. Recordemos que Dios nos creó por un amor libre y desinteresado. de Dios venimos y hacia Él volveremos. Existe cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la fraternidad que los hombres deben instaurar entre ellos, en la verdad y el amor. El amor al prójimo es inseparable del amor a Dios.
Es la virtud moral por la que el hombre reconoce que de si mismo solo tiene la nada y el pecado. todo es un don de Dios de quien todos dependemos y a quien se debe toda la gloria, el hombre humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que ser hijo de Dios es un valor muy superior, se ve a sí mismo y al prójimo ante Dios, así es libre para valorar y dedicarse en juicios que no le pertenecen
Misericordia es la palabra que revela el misterio de la Santísima trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado.
La pobreza que Jesús declaró bienaventurada es aquella hecha a base de desprendimiento, de confianza en Dios, de sobriedad y disposición a compartir con otros. La pobreza evangélica no es la pobreza originada por condiciones o sistemas económicos injustos. la pobreza evangélica es una opción, es elegida voluntariamente como una manera óptima de ser discípulo de cristo. Esto no significa que el deseo razonable de los bienes materiales sea malo, sino que se subordina a la vida que va hacia Dios.
La actitud de minoridad que nos ofrece san francisco es fruto de una aguda percepción de lo fundamental del Evangelio. El sentimiento de minoridad. para ser real , tiene que ser real, tiene que estar únicamente relacionado con Dios que, siendo mayor, se hizo menor por nosotros ser menor es optar por dedicarse completamente al servicio de Dios, haciendo de su vida una parábola del amor divino hacia los hombres.
Sabernos amados por Dios es la causa principal de la alegría evangélica. Dios nos Dios a su Hijo en la Encarnación, en la Cruz, en la Eucaristía.<<Dios probó (demostró, acreditó,garantizó) su amor hacia nosotros en que, siendo pecadores, Cristo murió por nosotros>>
(Rm 5,8).
Por eso los cristianos somos felices, estamos alegres, vayan las cosas como vayan a nuestro alrededor o en nosotros mismos, porque sabemos que ninguna criatura de arriba o de abajo << podrá separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro>>(Rm 8,39).
La justicia de los hombres es distinta a la justicia de Dios. Los hombres decimos: “justicia es dar a cada cual según se merece”.según Dios , “justicia es dar a cada ser humano lo que le corresponde según el designio divino “. En los evangelios la justicia de Dios en su acción salvadora y liberadora ha sida revelada en la muerte y resurrección de Cristo , en sus acciones y en sus palabras; en el actuación del ministerio de Jesús es la presencia salvadora de dios en la instauración del Reino en un nuevo orden de relaciones. Todas las acciones liberadoras y restauradoras de Jesús incluyen y realizan la justicia de Dios y evidencian el concepto bíblico de justicia.
“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9). Los que trabajan por la paz, “los hacedores de paz”, no designa una cualidad de la persona como su carácter o su disposición a la paz, si no una actividad: su acción pacificadora. Jesús declara dichosos a los “hacedores de la paz”, que podríamos llamar también “artesanos de la paz”, individuos que trabajan por establecer la paz, es decir, por crear las condiciones necesarias para que exista paz entre los seres humanos y, en consecuencia, por quitar los obstáculos que la impiden.
para San Francisco, el amor al prójimo, porque es imagen de Dios, entraña los sentimientos fraternales hacia todas las criaturas, creadas también por el Padre para manifestar su gloria y para goce de las criaturas espirituales. San Francisco mira el mundo con atención fraternal y descubre en él la presencia de Dios. Decidido a seguir a Jesucristo hasta en su pasión, no se deja desviar de su camino por un uso egoísta que rinde homenaje a su Padre por todas las cosas, ve las criaturas materiales como destinadas para permitir al hombre efectuar su pascua,su paso hacia Dios , entrando en el Reino, el mundo nuevo donde todas las criaturas están ordenadas por su referencia a cristo resucitado.
Hay dos motivos para estar agradecidos : la permanente dondad de Dios y su constante amor. Cuando reconocemos nuestra fragilidad y limitacion entendemos que Dios nos ama gratuidad es expresion de su amor que nos libera del pecado y de la muerte. Nuestra respuesta natural es estar agradecidos por la vida que Él nos da. el ser agradecidos con Dios implica el reconocimiento de su gratuidad, de su infinita liberalidad para con nosotros, llegando al extremo de entregar la vida de su Hijo Jesucristo para nuestra salvación.
En nuestro colegio franciscano, la formación espiritual es el corazón palpitante de nuestra misión educativa. Inspirados por la vida y los valores de San Francisco de Asís, nos dedicamos a guiar a nuestros estudiantes en un viaje de fe, amor y servicio. Esta formación integral no solo busca enriquecer el conocimiento académico, sino también cultivar el espíritu y los valores que forman la base de una vida cristiana auténtica. A través de un enfoque que combina la catequesis sacramental y los principios franciscanos, preparamos a los jóvenes para vivir con profundidad espiritual y compromiso social.
la Eucaristía es el sacramento más esencial de la vida cristiana y se celebra en la fe católica como la presencia real de Jesucristo en el pan y el vino. En nuestro colegio como, seguidores de San Francisco de Asís, este sacramento es más que un acto de adoración: es una invitación a vivir con humildad y amor fraternal, reflejando el amor incondicional de Dios. La Eucaristía es una ocasión para un encuentro íntimo con Cristo, recordando su sacrificio y resurrección, y nutre el alma al fortalecer la unión con Dios y la comunidad.
Para San Francisco de Asís, la Eucaristía era un signo supremo del amor divino y una llamada a vivir en paz, simplicidad y servicio. Este sacramento inspira a los estudiantes a vivir en fraternidad, promoviendo el respeto y la unidad, a trabajar por la paz y la justicia, y a cultivar la humildad y el servicio hacia los demás. La participación en la Misa y la adoración eucarística refuerza estos valores, consolidando el compromiso de la comunidad educativa con el Evangelio y la espiritualidad franciscana.
La catequesis sacramental es un pilar fundamental para la formación espiritual de nuestros estudiantes. Este proceso educativo prepara a los jóvenes para recibir la Primera Comunión y la Confirmación, dos sacramentos esenciales en su camino de fe.
La Primera Comunión es el momento en que los niños, tras un año de formación catequética, reciben por primera vez la Eucaristía, reconociendo la presencia real de Cristo en el pan y el vino. Durante este tiempo de preparación, los estudiantes aprenden sobre la importancia de la Eucaristía, el significado del sacrificio de Jesús y la manera en que este sacramento fortalece su relación con Dios y con la comunidad. A través de clases, oraciones y actividades prácticas, se les anima a comprender y vivir los valores del Evangelio en su vida diaria.
La Confirmación, por su parte, es el sacramento que completa la iniciación cristiana y fortalece la fe recibida en el Bautismo. A lo largo del año de preparación, los estudiantes se embarcan en un profundo viaje de formación espiritual que los lleva a un compromiso más consciente y activo con su fe. En esta etapa, los jóvenes son instruidos en la importancia del Espíritu Santo y su papel en la vida cristiana, se les guía en la reflexión sobre sus propios dones y responsabilidades, y se les alienta a ser testigos valientes de Cristo en el mundo. La catequesis para la Confirmación incluye el estudio de la doctrina, la participación en retiros espirituales, y la realización de actos de servicio, ayudando a los estudiantes a desarrollar una fe madura y a asumir su papel como miembros comprometidos de la Iglesia.
Así, a través de la preparación para estos sacramentos, el colegio no solo forma a los estudiantes en el conocimiento de la fe, sino que también los inspira a vivirla plenamente y a contribuir al bienestar de la comunidad.
En el colegio franciscano San Luis Rey, los retiros espirituales proporcionan a estudiantes, docentes y personal administrativo un valioso tiempo de reflexión y renovación, fundamentado en los valores de San Francisco de Asís, que les permite profundizar su conexión con ellos mismos, con los demás y con Dios, promoviendo su crecimiento en la fe y en el servicio a la comunidad.
En el Colegio Franciscano San Luis Rey, la pastoral educativa desempeña un papel vital en el acompañamiento espiritual de nuestra comunidad. Entre los diversos servicios espirituales que se ofrece, el Sacramento de la Confesión ocupa un lugar destacado. Este sacramento, también conocido como Reconciliación, es una invitación a experimentar el perdón y la misericordia de Dios de manera personal y transformadora. A través de la Confesión, nuestros estudiantes, docentes y personal administrativo encuentran un camino hacia la paz interior, la renovación y el fortalecimiento de su relación con Dios y con los demás.
En el Colegio Franciscano San Luis Rey, la celebración de los tiempos litúrgicos es una expresión vibrante y central de nuestra vida comunitaria. Inspirados por la profunda espiritualidad de San Francisco de Asís, integramos estas celebraciones en nuestra rutina escolar, creando un espacio donde la fe y la vida cotidiana se entrelazan de manera significativa. A lo largo del año, cada uno de los tiempos litúrgicos ofrece una oportunidad única para que estudiantes, docentes y personal administrativo se unan en la oración, la reflexión y la celebración, fortaleciendo nuestra identidad como una comunidad de fe y amor
Los tiempos litúrgicos que celebramos son, entre otros:
Adviento y Navidad:, época de Esperanza y Alegría
Cuaresma y Semana Santa: tiempo de Reflexión y Transformación
Pascua y Pentecostés: Resurrección y Espíritu Santo
Fiesta de San Francisco de Asís
Fiesta de San Luis Rey